jueves, 14 de abril de 2011

¿Qué esperabas?

Sus prisas, aunque disimuladas, mostraban las ganas que ambos sentían. Él caminaba unos pasos detrás de ella, observando el meneo de aquellas sugerentes caderas. Ella delante, coqueta y femenina sonreía sabiéndose deseada. Al divisar la biblioteca pública ambos sonrieron. Entrarían y al fin allí lo harían.
Una vez dentro, al observar el indicador de “aseos” entraron casi corriendo. Cuando aún la puerta no se había cerrado del todo, ella comenzó a levantar la falda y bajar las bragas.  Él a desabrocharse los pantalones.
Eran tantas las ganas.
Los siguientes minutos fueron de un placer intenso. Tan intenso que los dejó felices y relajados para un buen rato. Cuando abandonaron juntos la biblioteca, los dos estaban convencidos de una cosa.
Que no hay nada más placentero, que mear y vaciar la vejiga, cuando está a punto de reventar.

José Ramón Lopez Goyos
(3º Premio en el Certamen de Cuentos Brevísimos de Herencia (Ciudad Real). Abril de 2006)

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